I + D + i

La I+D+i es el segundo de los tres núcleos fundamentales sobre los que gira la actividad del CSES.

Desde los puntos de vista de la economía, la ciencia y la tecnología, el concepto de I+D+i (Investigación, desarrollo e innovación), entendido como un avance respecto a la anterior idea de I+D (Investigación y desarrollo), deberá convertirse, si no lo ha hecho ya, en el núcleo de cualquier investigación tecnológica o de ciencia aplicada, que pretenda ser capaz de evolucionar a la velocidad y con la precisión que lo hacen las tecnologías de la información y la comunicación, en las que sin duda tendrá que apoyarse para poder mantenerse vigente y no sucumbir en un periodo de tiempo más o menos corto.

A su vez, la I+D+i deberá girar en torno al concepto de Investigación Básica, en principio no enfocada a la obtención de una utilidad práctica, si no que se enfocaría a engrosar la biblioteca de conocimiento en la que se basen desarrollos de conocimientos concretos, en este caso, ya si orientados a obtener aplicaciones concretas. Otro concepto, en torno al cual deberá girar la I+D+i, es el Desarrollo, o también llamado Desarrollo Tecnológico, que deberá dar razón de ser y convertir en ideas prácticas al conocimiento fruto de la Investigación Básica, con el fin de obtener aplicaciones prácticas que introduzcan en el mercado productos nuevos o mejorados respecto a otros anteriores. En tercer lugar, la Innovación, cuyo concepto proviene del mundo de la tecnología, se refiere a los procesos a asumir por las empresas para introducir en el mercado productos nuevos o con claras mejoras respecto a otros ya introducidos.

Desde el punto de vista del CSES, asumiendo en parte el pensamiento de Esko Aho, en ingenierías, el Desarrollo Tecnológico puede considerarse equivalente a la Investigación de ciencias aplicadas, ya que la Investigación en ciencia básica no suele darse en el sector privado por la dificultad que entraña la utilización directa y la protección de sus resultados.

Por tanto, las líneas de investigación del CSES se orientan a las ciencias aplicadas a la ingeniería de las estructuras no convencionales, organizándose en una fase inicial de Pre-desarrollo, en la que se define la línea y se analiza el estado general del conocimiento implicado, comprobando si las nuevas técnicas y tecnologías pueden generar un producto que se considera necesario o mejorar uno existente. Una segunda fase de Desarrollo Tecnológico, en la que se diseña el nuevo producto o las mejoras del existente, comprobando desde todos los puntos de vista posibles su correcto funcionamiento y su capacidad para responder a las exigencias exigidas y expectativas creadas. Y por último, una tercera fase de implantación, en la que, en colaboración con la empresa privada, se fabrica el prototipo, se procede a la protección de la propiedad del producto y se incluye en la gama de productos que emplea o fabrica la empresa.